Para las empresas la imagen lo es todo: La recompensa de alcanzar y mantener una buena imagen será tener una mayor cantidad de clientes, colaboradores o inversores, y por lo tanto, más ingresos.
Y lo primero que llega a los ojos del cliente es el Logo, la cara omnipresente de la empresa. Viendo el logo, el cliente se formará una idea de lo que es la empresa: a qué se dedica (su sector) y cuál es su filosofía (conservadora, vanguardista, clásica, desenfadada…).
No debe infravalorarse la trascendencia que puede llegar a suponer tener un mal logo, que no se corresponda con la realidad de la empresa o incluso que tenga connotaciones negativas para la misma.
Un error eligiendo el logo puede suponer pérdidas económicas considerables, por ello vale la pena tomárselo en serio, contratar un buen creativo y pagarle justamente, porque no es ponerse una horita y ya está, es un trabajo que requiere mucha habilidad, sobre todo mental. Es una inversión que se recupera con creces.
La fuerza del logo es sumamente importante, tanto que el cliente tendrá en su mente una imagen preconcebida de la empresa en su globalidad, sobre todo si no conoce los entresijos de dicha empresa muy a fondo. Y la primera impresión, como sabéis, es la que hará que el cliente se interese por la empresa o la descarte, la que creará confianza o desconfianza.
Las connotaciones de un buen logo deben ser sutiles, pero claros, que se entiendan en el primer vistazo. Sencillez y pocos colores suelen ser los ingredientes de un buen logo.
Aquí os muestro unos cuantos que he seleccionado porque considero que son excelentes en el fondo y en la forma, realmente muy profesionales:
Podéis encontrar muchos más en estos enlaces: